James Harden se encuentra actualmente en el ojo del huracán. El escolta ha sido uno de los nombres propios de la off-season. Su intención manifiesta por salir de unos Rockets derrumbados ha sido lo más llamativo de este mercado NBA. En especial, su rebeldía y poca profesionalidad ha sido lo que ha mantenido a la gente expectante de su situación. Y es que el ex de los Thunder ha sido cazado de fiesta mientras sus compañeros ya se estaban incorporando al training camp. Esto, unido a su prolongada e inesperada ausencia, ha modificado la opinión pública que había respecto al jugad
No obstante, The Beard rompió su silencio después del primer partido de pretemporada que pudo disputar. En una rueda de prensa vía Zoom respondió a las diferentes preguntas respecto al tema candente y se defendió de las acusaciones. Entre otras cuestiones al respecto, era necesario hablar de sus vacaciones por Las Vegas y Atlanta a lo que el MVP de 2018 respondió: “Solo estaba entrenando”. Pero el asunto no terminó ahí, el periodista en cuestión quiso exprimir al máximo el momento y le preguntó por qué y con quién entrenaba. Harden solventó la papeleta y mencionó que lo hizo por el inicio de la Liga y con sus entrenadores personales.
Pese a que el californiano estuviera entrenando parece un hecho ineludible que fue cazado de fiesta en Atlanta y Las Vegas. El bueno de James no solo estuvo en un recinto cerrado y sin mascarilla celebrando el cumpleaños de su amigo el rapero Lil Baby sino que también fue visto en un ‘club nocturno’ en Nevada. Dos aspectos que lo convierten en una figura más controvertida de lo que ya era antes, en la que se elogia su talento con el balón en las manos y se critica su modus operandi lejos de las canchas.
Por último, un miembro del staff técnico de los Rockets de Mike D’Antoni también dejó un mensaje en cuanto menos revelador. En este decía que en los diferentes descansos que tendrán los de Houston entre partidos “cogerá un vuelo y se irá de fiesta a cualquier lado”. Lo que ratifica todavía más las imágenes que tenemos del jugador y de la franquicia. Estos últimos parecen estar dispuestos a aceptar la incomodidad que supone tener a una pieza así en el equipo si no encuentran ningún movimiento beneficioso. Una postura lógica, ya que muchos equipos se han intentado aprovechar de la situación y la bajada de valor de Harden.